El inicio de un nuevo año es una oportunidad para hacer cambios, reestructurar prioridades, cerrar etapas o construir nuevas ilusiones. En definitiva, una hoja en blanco que permite dar rienda suelta a todo aquello que no pudiste abordar en el pasado.
En este artículo se exponen algunos consejos para empezar bien el año nuevo, claves enfocadas en revisar todas las áreas de la vida y de la salud que están implicadas directamente en tu bienestar.
¿CÓMO EMPEZAR BIEN EL AÑO NUEVO?
- Proyectar nuestros propósitos con “flexibilidad” y “autoescucha”. Es habitual empezar el año con listados interminables de propósitos que pueden volverse en nuestra contra. Está bien hacer cambios, mejoras y apostar por el crecimiento, siempre que se haga de una manera realista, ordenada y consciente. Sí los propósitos se basan en recomendaciones externas o necesidades ajenas, nunca las llevaremos a cabo, ya que la motivación nace de la necesidad de uno mismo y su capacidad para tomar decisiones.
- Analizar y celebrar antes de escribir un nuevo capítulo. Revisar con perspectiva cómo ha transcurrido el último año en relación a los logros personales y darnos permiso para celebrar todo aquello en lo que consideramos que hemos avanzado es realmente necesario para fortalecer la confianza en nosotros mismos y asumir nuevos retos.
- Tomar conciencia de lo que te está boicoteando. Para proyectar una realidad diferente debemos conocer los obstáculos que nos han dificultado conseguir los resultados esperados. En este punto será importante diferencia entre:
- Los factores externos son aquellos en los que no tenemos capacidad de acción ni de control, por ejemplo: el clima, el paso del tiempo, un accidente, una emoción o la actitud de otras personas.
- Los factores internos, que están asociados a nuestra conducta, acciones, decisiones y pensamientos, y por tanto está en nuestra mano revisarlos sin juicio para identificar aquello que nos limita en nuestra rutina. Esto será clave para implementar nuevas formas de proceder que no perjudiquen nuestro bienestar.
- Cerrar etapas para caminar ligero de equipaje. Para poder abarcar nuevos retos es necesario soltar todo aquello que ya no requiere de nuestra atención o que no es el momento de abordar. Este concepto se puede extrapolar a proyectos que no puedes abarcar, propósitos que se quedaron a medias, relaciones que no puedes sostener, empleos que no te permiten avanzar, etc.
- Mantener alejado el estrés y conocer su origen. El estrés es un estado de tensión física y emocional que hace aumentar el cortisol y la adrenalina a parámetros anormales. Esto provoca que el sistema endocrino y el sistema nervioso se manden señales contradictorias propiciando múltiples situaciones patológicas(malas digestiones, trastornos del sueño, cambios de humor, molestias musculares, dolores de cabeza, presión arterial…).
Es importante hacer introspección para conocer las causas que originan ese estrés y poder trabajar en ellas con el objetivo de reducir su presencia. - Nutrirse para vivir. Los alimentos son el combustible para la vida y la forma en la que nutrimos a nuestro organismo determina nuestra salud, una pieza esencial para alcanzar el bienestar. Algunas cuestiones generales que toda persona debería tener presente:
- Aprender a escuchar las señales de hambre y saciedad. Cuando ingerimos alimentos poco nutritivos por placer y no por necesidad fisiológica, las consecuencias a largo plazo pueden derivar en alteraciones metabólicas y hormonales, exceso de colesterol, hipertensión, malas digestiones… Todos ellos escenarios que nos alejan del bienestar.
- Priorizar alimentos frescos, de temporada y de origen ecológico frente a productos ultra procesados. Necesitamos energía en forma de nutrientes para estar sanos, y eso lo encontramos en la naturaleza.
- Descansar para que el organismo pueda repararse. Durante el sueño, nuestro cuerpo se repara, lo que lo convierte en un hábito imprescindible para la vida. Deberíamos dormir de media 8 horas, hacer descansos de 15 -30 minutos en jornadas largas de trabajo y evitar el ejercicio de alta intensidad y la exposición a luz azul en las últimas horas del día para que el organismo pueda activar el modo relajación y producir melatonina, la hormona del sueño.
- El ejercicio es tu aliado. Realizar actividad física nos ayuda a regular y prevenir muchos problemas de salud, controlar los impulsos de hambre emocional, mejorar dolencias musculares, aumentar la energía, descansar mejor e incluso aumentar nuestra autoestima. Viendo todos sus beneficios, debería ser una de las herramientas a priorizar en nuestra rutina, siempre que se haga por convicción personal, de manera progresiva, sin presiones y que no se utilice como evasión de otros frentes.
- Evitar al máximo la exposición a tóxicos en la rutina. Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que pueden alterar el correcto funcionamiento de nuestro organismo porque se mimetizan con nuestras hormonas encargadas de la comunicación celular. Los encontramos con frecuencia en cosméticos, productos de limpieza, recipientes de uso alimentario, utensilios de cocina o en los propios alimentos debido al uso de pesticidas. Elegir este tipo de productos revisando su composición INCI, los materiales o los ingredientes que lo componen y mantenerte lejos de ambientes muy contaminados puede ahorrarte problemas de salud a largo plazo.
- Tiempo de ocio para nutrir nuestros sentidos. Conectar con la naturaleza, escuchar música, conversar con amigos, jugar, cocinar, viajar, conocer personas… etc. Aquí entra todo aquello que dibuje una sonrisa en tu rostro y te ayude poner la mente en pausa. Necesitamos salir del modo HACER y volver a la esencia, al SER, y desde ahí conectar con lo que nos hace feliz en la rutina, que en definitiva será lo que decline la balanza hacia el bienestar. Recuerda que invertir en ti siempre será la decisión más inteligente.
Aunque todos estos consejos para empezar bien el año nuevo tienen como objetivo construir una mejor versión del presente, no nos olvidemos de vivir el ahora y de disfrutar de cada paso, porque sólo así lograremos que los objetivos se conviertan en hábitos de vida.