La inflamación es la respuesta fisiológica y necesaria de defensa del cuerpo pero si esta respuesta se cronifica y se mantiene en el tiempo se convierte en indeseable y base de la mayoría de las patologías crónicas que conocemos.
Por ejemplo, con la pasada pandemia de SARS-Cov-2 vimos que el virus podía estimular el sistema inmune innato y producir una tormenta de citoquinas y respuestas inflamatorias agudas, que rápidamente podrían causar fallos multiorgánicos.
Actualmente se usan tanto fármacos esteroideos como no esteroideos para paliar la inflamación sistémica pero el uso a largo plazo tiene efectos secundarios significativos.
Qué son los fitonutrientes
El mar nos ofrece sustancias bioactivas únicas y diversas que en los últimos tiempos han ganado especial atención y han sido un foco para el desarrollo de fármacos y suplementos antiinflamatorios.
Las algas marinas son las plantas criptógamas más antiguas que existen , y cuentan con una gran variedad de especies (actualmente se conocen aproximadamente alrededor de 30.000). Se han explotado cuatro grupos de algas marinas: azules, rojas, marrones y verdes.
Una de las patologías crónicas que más nos encontramos en el mundo occidental y que genera una gran inflamación en el cuerpo es la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
Algunos de los componentes funcionales de las algas como los polifenoles incluyen un efecto en la regulación de la glucosa, mejora de la salud digestiva y del perfil lipídico. De hecho en un meta análisis se vio como la glucosa postprandial, la hemoglobina glicada (HbA1c), y el HOMA-IR (valores utilizados para evaluar el metabolismo de la glucosa y la insulina en el cuerpo) mejoraban en el grupo que consumía algas versus al grupo control.
Estos cambios se vieron con un consumo de dosis elevadas (1000mg o más) de consumo de algas . Las especies que se vio que eran más efectivas fueron Undaria pinnatifida (alga wakame), y Fucus vesiculosus.
Esto abre un futuro prometedor a que se pueda utilizar la suplementación con algas de forma estratégica para el manejo de la hiperglucemia y la disminución del reisgo de diabetes tipo II.
Los alimentos con fitonutrientes
Asimismo, con la globalización el consumo de algas está en auge en los países occidentales. Si hay un mineral que abunda en estas es el yodo, convirtiéndolas en una potente fuente de yodo alimentario. Sin embargo, no se tenía claro si la biodisponibilidad de este yodo era similar a la del yodo suplementado por lo que para salir de dudas nos encontramos con otro curioso estudio cuyo objetivo era descubrir si el yodo proveniente de una comida que contuviera sushi con algas nori y una ensalada de wakame tendría la misma biodisponibilidad que un suplemento de yoduro de potasio con una cantidad de yodo similar.
La biodisponibilidad estimada del yodo durante las primeras 24h fue de un 75% en el grupo que había consumido sushi y wakame y 97% del suplemento de KI, confirmando entonces que el consumo de suplemento tiene una mayor disponibilidad que el consumo de algas sin embargo, sin tener estas un porcentaje de absorción despreciable y que puede ser de ayuda en grupos de población que estén en riesgo de déficit de yodo.
Aunque en el mundo de las microalgas las protagonistas siempre han sido Chlorella y Espirulina por sus propiedades quelantes y antiinflamatorias así como su contenido en clorofila y minerales, existe otro género de microalgas con efectos muy beneficiosos y mucho menos conocidos para nuestra salud: Schizochytrium. Más concretamente las especies Schizochytrium marinum AN-4 y Schizochytrium limacinum CO3H.
Beneficios de los fitonutrientes
Comenzamos el artículo hablando e inflamación y, si hay algo universal e indispensable para la inflamación es tener un buen ratio omega 3/omega 6 en nuestro cuerpo.
Ambos son ácidos grasos poliinsaturados esenciales que compiten por su hueco en la membrana celular y deben convivir en un equilibrio, ya que los ácidos grasos omega 6 si bien son necesarios, tienen un componente proinflamatorio, es decir, ayudan a generar episodios puntuales de inflamación pero si se presentan por encima de los niveles de omega 3, producirán un cuadro inflamatorio generalizado.
En nuestro cuerpo debería haber la misma cantidad de omega 6 que de omega 3.
Sin embargo, en las últimas décadas se ha incrementado el consumo de aceites vegetales ricos en omega 6 (presente en todos los ultraprocesados y aceites de semillas, como el de girasol que se usa para freír) y este equilibrio ha pasado a ser aproximadamente 20:1 en occidente.
El omega 3 se encuentra principalmente en pescados azules, mariscos y ciertos tipos de algas, y en menos medida en semillas (cáñamo, chía y lino) y carne de animales alimentados con pasto.
Los únicos seres capaces de producir Omega 3, esencial para la salud de nuestro cerebro, memoria, aprendizaje, prevención de enfermedades cardiovasculares, y más concretamente DHA, son precisamente estas microalgas del género Schizochytrium, ya que el pescado rico en omega 3 lo es precisamente por ingesta de estas. Por lo que una vez más, un compuesto derivado de las algas puede hacer maravillas por tu salud.
Sabiendo todo lo que pueden hacer por ti, ¿Aún te estás pensando introducirlas en tu alimentación?