Guía completa para una Lactancia Materna saludable

Cada lactancia es única, y así puedes prepararla con mimo desde tu embarazo

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Cada lactancia es única, y así puedes prepararla con mimo desde tu embarazo

Desde que escuchas los primeros latidos de tu bebé, junto a una explosión de ilusión e incertidumbre, empiezas a sentir el deseo de saber más. Necesitas tener información sobre todas las novedades que estás viviendo y, despejar dudas y miedos sobre el parto.

En esta etapa, la lactancia suele quedar en un segundo plano, rodeada de mitos y sentencias del entorno: “Tu madre no tuvo leche”, “Si le das biberón con cereales, dormirá toda la noche”. Por tu cabeza quizá pasa algo que no deberían hacerte dudar: “Espero poder dar el pecho”, pero confías en que ya lo aprenderás cuando llegue el momento.

Consejos para una lactancia materna exitosa

La lactancia materna es algo innato para el bebé, pero no para la madre. Quizá no lo habías pensado, pero no nacemos sabiendo dar el pecho, sino que aprendemos al vernos las unas a las otras; al practicar e intercambiar experiencias.

Tener información sobre lactancia es fundamental para tomar decisiones libremente. Estas son algunas ideas para familiarizarte con ella:

  • Participa en grupos de apoyo a la lactancia, donde verás a otras madres amamantar, y las escucharás compartir sus logros y dificultades.
  • Lee libros actualizados y escritos desde el respeto a todas las situaciones. Así tendrás una mirada más abierta sobre qué esperar, qué es normal y cuándo pedir ayuda.
  • Agenda una asesoría de lactancia para plantear dudas y descubrir todo lo que necesitas saber para tener una lactancia materna exitosa: primer agarre, cómo saber si se está alimentando correctamente, métodos de suplementación... Y ten a mano el contacto por si necesitaras ayuda en algún momento.
  • No es necesario que tengas un sacaleches en casa, ya que lo elegirás en base a tus necesidades, pero sí es recomendable que eches un vistazo a qué opciones existen, cuál prefieres, cómo elegir la talla del embudo, cómo usarlo correctamente, etc.

Posiciones para la lactancia materna

Nada más nacer, el bebé es capaz de reptar por tu cuerpo, agarrarse a tu pecho y mamar. Normalmente, esto pasa en “la hora sagrada”, la primera hora de vida, cuando estás reclinada (posición biológica) con tu bebé sobre ti, piel con piel. Y es importante que nadie interfiera en ese primer agarre.

Aunque habrás escuchado lo contrario, amamantar no duele y no es normal tener grietas. Puedes sentir alguna pequeña molestia al inicio del agarre durante los primeros 15 días, por causas hormonales, pero no es normal temer a la próxima toma, necesitar morder un trapo ni aguantar la respiración. Y, por supuesto, no hay que “hacer callo”.

Si tienes dolor al amamantar, revisa la posición del bebé al pecho y el agarre, tu comodidad y la postura de lactancia:

  • Apoya la cabeza de tu bebé en tu antebrazo; hacia la muñeca, no en el codo.
  • Si el punto anterior se cumple, tu mano llegará a la parte alta de su espalda.
  • El cuerpo de tu bebé tiene que estar alineado con su cabeza, en cualquier postura: si está en horizontal sobre ti, desde arriba solo verás una oreja, un brazo y una pierna.
  • El bebé debe estar frente al pecho, de manera que extienda el cuello (como haces tú cuando bebes agua) para agarrarse y empezar a succionar.
  • Cuando abra mucho la boca (como un bostezo), acércalo al pecho y no al contrario.
  • La barbilla debe estar bien pegada al pecho, y la nariz podría estarlo o no.
  • Mientras esté succionando, si trazas una línea imaginaria desde tu pezón, saldrá por su coronilla.

Si el dolor sigue, tu bebé no gana peso o hay dificultades, es el momento de pedir cita a una especialista en lactancia materna. Podría valorarse una posible anquiloglosia por frenillo lingual corto, tensiones que deban tratarse con fisioterapia o alguna otra limitación.

Aparte de las posturas más habituales, como son cuna y biológica, hay otras que facilitan un agarre más profundo y podrían ayudarte a reducir el dolor, mientras encuentras el motivo: cuna cruzada, caballito y rugby. También podría ser que te ofrecieran pezoneras, que pueden ser útiles cuando hay dificultades, pero no son la solución.

Alimentación durante la lactancia materna

La alimentación siempre debería ser rica en nutrientes y variada, pero todavía más en esta etapa. A través de la leche materna, el bebé percibe sabores y recibe nutrientes esenciales para su desarrollo. Incluso, a través de las proteínas de los alimentos que pasan por tu leche, se pueden detectar precozmente alergias mediadas y no mediadas por IgE (en ocasiones, motivo de los conocidos cólicos).

Durante la lactancia materna, muchas mujeres siguen tomado el suplemento que iniciaron durante el embarazo, como podría ser Multi Natal Activo de Bonusan. Además, es un momento vital que sigue requiriendo grandes cantidades de DHA.

Una buena manera de conseguir este ácido graso omega 3 es a través del consumo de pescado azul (sardinas, salmón, caballa, etc.). Sin embargo, pocas personas consiguen un consumo óptimo de este nutriente a través de la alimentación, por lo que una opción sería suplementar con Natural DHA embarazo y lactancia de Puro Omega.

Beneficios de la lactancia materna

Por extraño que suene, la lactancia materna no tiene beneficios, sino que es el alimento único y completo que la naturaleza ha previsto para los bebés. La leche materna es un alimento vivo que se adapta en cada momento a las necesidades del bebé, para alimentarlo, hidratarlo e incluso protegerlo y curarlo, gracias a las inmunoglobulinas.

La lactancia materna es gratuita, no genera residuos ni coste a la sociedad, y tiene un efecto protector frente a las enfermedades crónicas no transmisibles.

Si es tu decisión, la lactancia materna a demanda es el mejor alimento para tu bebé. Confía en tu cuerpo, confía en ti, y no dudes en preparar esta etapa con toda tu ilusión, curiosidad y cariño.

Tampoco dudes de que no poder amamantar a tu bebé o decidir no hacerlo, no es un fracaso ni cambia tu valor y amor como madre.